Notre avenir est public : des inégalités mondiales à la justice sociale, économique et climatique
Intervention Richard Perrault, Vice Président
Estoy muy contento y orgulloso de participar en este intercambio y de representar a nuestra ONG, que lleva más de 22 años haciendo campaña por el reconocimiento del derecho al acceso a la energía para todos, ya que consideramos que sin electricidad no puede haber desarrollo sostenible para los seres humanos. El derecho a la energía, como el derecho al acceso al agua, el derecho a una vivienda digna y el derecho a la salud, es uno de los derechos esenciales para erradicar la pobreza. Desgraciadamente, estos derechos esenciales, que son proporcionados por los servicios públicos en interés de la mayoría, han sido mercantilizados y privatizados durante varias décadas en todos los continentes. Podemos verlo en el caso de la energía. Las multinacionales, que han visto aumentar sus beneficios año tras año, y más aún con la guerra energética que se está produciendo, optan por pagar más y más dividendos a los accionistas mientras que, al mismo tiempo, los precios de la energía nunca han sido tan altos y el acceso a ella se ha hecho más difícil para los más pobres, sobre todo en los países más pobres, y estamos asistiendo a un fuerte aumento de la inseguridad energética.
La privatización y la competencia en el sector no son la respuesta para proporcionar acceso a la energía para todos. Tampoco son la respuesta para combatir el calentamiento global, ni para bajar los precios. De hecho, es lo contrario. En todos los países está fallando la misma lógica política de mercantilización de los bienes esenciales. Podemos unirnos y crear esperanza. Juntos, ONG, asociaciones de consumidores, ciudadanos, sindicatos, trabajemos para construir proyectos que vuelvan a situar los servicios públicos en el centro de los derechos esenciales.
Hoy, nuestra ONG se complace en participar en esta iniciativa. Damos todo nuestro apoyo a este encuentro y estamos dispuestos a construir con ustedes todas las respuestas y a liderar las luchas que nos permitan llevar el derecho al agua, el derecho a la vivienda, a la energía como derechos esenciales para todos los pueblos del planeta. Acabar con la inseguridad energética y la pobreza significa también ayudar a las poblaciones desfavorecidas a acceder a medios de cocción seguros y contribuir así a reducir el número de personas que mueren prematuramente cada año a causa de la contaminación provocada por las condiciones de combustión de la biomasa. También es una cuestión de emancipación de la mujer.
Nuestra ONG pide que el derecho a la energía se consagre como un derecho fundamental en todas las constituciones estatales.
Nuestra ONG lleva muchos años haciendo campaña para que la ONU reconozca un Día Mundial de la Energía, que podría ser similar al del agua que se celebra cada 22 de marzo. Queremos conseguir un día mundial del derecho a la energía, que sería un punto álgido anual de la movilización de todos los actores (instituciones internacionales, gobiernos, empresas y sociedad civil) en este sector. Sería un momento anual para medir los progresos realizados en la ampliación de este derecho. Es ambicioso, pero si todos trabajamos juntos, podemos lograrlo. Otro mundo es posible, ¡construyámoslo!